Guerra. Historias de Ucrania

Los ucranianos cuentan cómo viven durante la guerra

“Constantemente escucho diferentes sonidos, cada uno de los cuales puede ser el comienzo del bombardeo”, Iryna, 36 años, Kherson

por | 8 marzo 2022 | Guerra. Historias de Ucrania, Kherson

Illustrated by Anna Osadchuk

Iryna tiene 36 años, trabaja como gerente. Desde el primer día de la guerra, Iryna se quedó en Kherson con su hijo de 12 años en su apartamento situado en el quinto piso de un edificio estandarizado de cinco plantas.

«Las opciones (quedarnos o irnos) eran pocas. Me enteré de la guerra por una llamada de un pariente: a las 6:20 de la mañana él dijo que probablemente nos estaban bombardeando. Llamé a mi madre, ella ya había hablado con mi abuela (de 86 años), que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial. Mi abuela dijo que les estaban disparando desde Crimea (había fulguraciones cerca del lago Syvash) y que los aviones estaban volando hacia Kherson. Y a las cinco de la mañana mi madre escuchó una explosión en el aeropuerto de Kherson».

La abuela de Iryna vive en el distrito de Kakhovka. Esta área está separada de Crimea por el lago Syvash. Y su madre está en Kherson, en la zona más cercana al aeropuerto. Posteriormente, el edificio residencial de gran altura donde vivían  los padres de Iryna, así como dos edificios vecinos, fueron bombardeados.

Iryna tiene muchos parientes en la región de Kherson, en la frontera con Crimea. “Rápidamente telefoneamos a todos y descubrimos cuál era la situación. Entonces nos dimos cuenta de que era demasiado tarde para irnos. Además, no había a dónde ir, porque las explosiones se escuchaban a la salida de la ciudad, cerca del aeropuerto. El convoy militar procedente de Crimea fue innumerable”, dice Iryna.

«Tenía el depósito del coche lleno de antemano, pero decidí quedarme. Los padres se negaron a irse y el esposo estaba en la mar (el esposo de Iryna es marinero). No hubo contacto con él, y cuando se estableció, hablamos y decidimos que era peligroso irnos».

El décimo día de la guerra en Kherson había mucho material bélico. El edificio de la Junta Regional estaba rodeado. Muchos edificios fueron mutilados y bombardeados. Sin embargo, miles de personas se manifestaron frente a la Junta Regional con banderas ucranianas y pancartas: «Kherson es Ucrania».

“Ya tengo entendido que la guerra no terminará en dos o tres días (aunque lo espero mucho). Siento miedo, desesperación y desconcierto. Me estoy acostumbrando a los bombardeos, ya puedo distinguir cuando disparan lejos (entonces no hay que correr al refugio). Constantemente escucho diferentes sonidos, cada uno de los cuales puede ser el comienzo del bombardeo. Entiendo que la ciudad está rodeada, no hay salida ni a dónde huir”.

El esposo de Iryna está muy preocupado, no puede ayudar, pero la comunicación con él le ayuda mucho. También ayuda discutir sobre la situación con varias personas, escuchar el análisis de expertos, dedicarse a los quehaceres domésticos (aunque solo le alcanzan fuerzas para cocinar para su hijo).

«El octavo día decidí ver una telenovela para distraer mi atención. Mi hijo también me está apoyando. Me alegro de que todavía no se dé cuenta de la gravedad de la situación, aunque ve y oye mucho. Cuando todo termine, el hijo sueña con ir a pescar, ya está preparando flotadores de pesca, probándolos en la pecera».

Es difícil planificar la vida en tiempos de guerra, falta comprensión de lo que sucederá al día o a la hora siguiente. Desde el primer día, Iryna ha preparado mochilas con lo más imprescindible, por si necesitan huir.

Iryna sueña con la paz. «Sueño con volver a ver a mi esposo, familia, amigos, colegas. Quiero que todos estén vivos, sanos y salvos. Para poder llorar juntos y decir: ¡hemos sobrevivido!»

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