Guerra. Historias de Ucrania

Los ucranianos cuentan cómo viven durante la guerra

“Se dieron cuenta de que en la maleta se debe caber toda la vida”, Victoria, Kyiv – Lviv

por | 7 marzo 2022 | Guerra. Historias de Ucrania, Kyiv, Kyiv

 

 Photo by Katya Moskalyuk

Victoria tiene una familia numerosa: padres, esposo, hija, hermana, cuñado y perros. En tiempos de paz trabajó en Kiev en una empresa de logística. La decisión de irse la tomaron al sexto día de la guerra. Pasaron dos noches en el sótano, luego se mudaron a la casa de su hermana situada cerca de la escuela con el refugio.

«Había un refugio cerca de la casa, pero no nos admitieron allí por falta de espacio. El refugio estaba repleto”, dice Victoria. Su casa en Kyiv se encuentra cerca de Gostomel, donde se han librado feroces combates desde el comienzo de la guerra. La familia podía escuchar las explosiones.

Al principio planeaban ir en coche. Pero les daba miedo, porque Victoria tendría que ir sola con su hermana y su hija, sin sus maridos. A las ocho de la mañana llegaron a la estación y abordaron un tren de evacuación procedente de Kharkiv.

«Íbamos a quedarnos hasta el final, pero se hizo psicológicamente muy difícil. Había escasez de medicinas, comida, teníamos que hornear el pan nosotras mismas. Tuve miedo por mi hija”, dice Victoria con lágrimas en los ojos.

Solo se llevaron documentos y un juego de ropa para cambiarse. Incluso dejaron en casa su ropa interior, porque se dieron cuenta de que “en la maleta se debe caber toda la vida”. Siguieron rehaciendo las maletas hasta que quedó una bolsa ligera y una mochila. No se tomaron fotos ni cosas de recuerdo, todo cupo en la memoria del teléfono. Sin embargo, la hija Christina tomó un juego para costura. La niña tiene diez años, le encanta hacer pulseras y anillos de aljófar.

Ahora Victoria, su hija y su hermana están en un refugio organizado por voluntarios en el Club Deportivo de Lviv. Mi interlocutora descansa después del viaje y se mantiene en contacto con su esposo, padre y amigos.

“Hace cinco días, una amiga mía dio a luz a un niño y también decidió irse. Le dieron de alta del hospital porque había muchos pacientes y el niño no estaba vacunado, explica Victoria. – Hay muchos pacientes, porque los centros de maternidad se han convertido en hospitales y admiten a todos. Ahora mi amiga también está en Lviv, se alojó en casa de sus amigos».

El esposo y el padre de Victoria se quedaron en Kyiv. Según ella, su padre combatió en Afganistán y ahora no teme nada. Dijo que defendería su hogar, su ciudad y su país. La hija de Victoria le ayuda a aguantar el dolor: Christina abraza tiernamente a su madre cuando se le saltan las lágrimas en los ojos. Victoria tiene parientes en Alemania y planea ir allí.

«Tuvimos una vida plena, y de repente tenemos que vagabundear como mendigos», dice Victoria. «Realmente espero que todo sea temporal y que pueda regresar a casa».

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